Explorando la Bonarda en un rosado


Como parte de una búsqueda que evoluciona hacia la pureza del fruto, las texturas etéreas y un estilo cercano a la nueva cocina argentina y del mundo, Altos las Hormigas acaba de sumar un nuevo miembro a su portfolio: Rosa, un rosado orgánico de Bonarda. 

Lanzado en partida limitada de 6000 botellas, el producto viene a complementar al Blanco de Altos las Hormigas en la nueva línea Colores. Está elaborado a partir de uvas de un viñedo propio de Luján de Cuyo, plantado en parral hace 16 años.

“Estamos en una nueva etapa de la bodega, en una constante búsqueda de elaborar vinos con profundidad, persistencia, textura y tensión. En este sentido, Rosa viene a traer todos estos elementos en un segmento de precio accesible, con una expectativa de sorprender y sorprendernos”, señala Federico Gambetta, director técnico de Altos las Hormigas. 

-¿Qué rasgos le brinda la Bonarda al perfil de este rosado?

FG: La Bonarda tiene diferentes perfiles según el tipo de suelo y el momento de cosecha. Varía desde la fruta fresca y las especias hasta el tapenade y la ciruela madura. En nuestro caso, con suelos arenosos y con un punto de cosecha bien temprano, el principal rasgo es la frescura en naríz capitalizada en aromas a granada y cáscara de quinotos. 

Luego, en la boca aparece la textura que le otorga la acidez natural. Esto se logra con el punto de vendimia y es resultado de una interpretación de una variedad tinta en un suelo de arena, donde el calor y los perfiles de vinos más "cortos" hacen que un tinto de fineza sea muy difícil de lograr para esta variedad.

-¿Qué particularidades ofrece a la cepa y al vino el uso de un viñedo en parral?

FG: El parral se está volviendo tendencia en varietales blancos y tintos para rosado sobre todo en zonas cálidas. El nuestro es un parral plantado en alta densidad, lo cual mantiene el rendimiento por hectárea pero con plantas más equilibradas en su producción. 

Luego, al alejar los racimos de la superficie del suelo, se disminuye el efecto del calor que irradia el mismo. Esto último se ve complementado con la canopia que genera sombra en las bayas, permitiendo que los ácidos se consuman a un menor ritmo conservando la acidez natural más tiempo, aún cuando la arena sea el principal componente del suelo.

-¿De qué manera este vino continúa la exploración que Altos las Hormigas viene haciendo alrededor de esta cepa?

FG: Creo que es una nueva etapa en la búsqueda de revalorizar la Bonarda. En esto de descubrir más zonas y de comunicar un sentido de lugar, vamos descubriendo que cada uno tiene su match perfecto con diferentes varietales y estilos. 

No todos los lugares son ideales para Malbec y eso nos hace pensar también en que no necesariamente tenemos que hacer siempre Bonarda tinta. Un varietal que tiene problemas para madurar y que en sus estados más maduros pierde fineza, plantado generalmente sobre suelos arenosos, se vuelve interesante como componente de vinos rosados. Quizás es una punta de lanza para una nueva y más adecuada versión del Bonarda Argentino, así como sucedió con algunos Grenache y Syrah en el sur de Francia donde también se vinifican como rosé en suelos arenosos.

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