Carta abierta


Nuestra Asociación es una institución que busca estimular la cultura del vino en Argentina, expandir, prestigiar y defender la profesión de los sommeliers argentinos.  

Frente a la nota publicada por el diario La Nación firmada por Joaquín Hidalgo el pasado 29 de noviembre bajo el título “El sommelier me embauca” sentimos que se ataca a toda una profesión, nos vemos en la obligación de emitir el siguiente descargo. 

Consideramos que la nota realiza una serie de errores que fueron comunes hace años y, afortunadamente cada día son menos, pero que es importante exponer para que de una vez por todas se dejen de usar argumentos falaces que no construyen ni generan puentes para el crecimiento del mundo del vino y la sommellerie en Argentina.

En primer lugar, la generalización de un hecho puntual trasladado a un colectivo siempre resulta subjetivo e injusto, pero sobre todo un error de lógica, ya que infiere una conclusión general sobre una prueba individual e insuficiente para un medio de comunicación. Es éste el caso que, más allá de la aclaración del autor que “es verdad que la mayoría de los sommeliers trabajan a consciencia”, tanto en el título, la línea editorial, como en distintos trayectos de la nota se expone a la figura del sommelier en contra de los comensales, que son justamente la raíz y el valor más preciado de la profesión. 

Al mismo tiempo, notamos que hay un hecho aún más grave que la generalización. Sentimos que existe una especie de ley de mercado que busca menospreciar el conocimiento con el argumento de que el compromiso con el saber es enemigo de lo popular. Esto ocurre no sólo en el vino sino en ámbitos como el cine, el arte y hasta la gastronomía. Consideramos que todos los actores de la vitivinicultura deberíamos ser cautos para entender los gustos de los consumidores, sin atribuirse el conocimiento del consumidor promedio.

La sommellerie argentina ha contribuido y continúa realizando aportes fundamentales para que enólogos, agrónomos, hacedores de vinos y hasta vendedores sean mejores profesionales y el vino argentino levante día a día su vara de calidad. No es posible crecer sin horizontes. No todas las charlas pueden ser sin tecnicismos, porque sin reflexión, pensamiento crítico y búsqueda de mejoras no hay evolución.

No es nuestra intención personalizar esta discusión sino tomar esta nota como punto de inflexión. La nuestra es una profesión joven pero muy pujante en Argentina. Sabemos que debemos observar y adaptarnos con humildad a ciertas situaciones del mercado para seguir acercando la experiencia del consumo de vino. Hay un camino recorrido que implica no sólo tiempo, sino años de esfuerzo, pasión y principalmente conocimiento. La sommellerie ha crecido de tal forma en Argentina que hoy la carrera implica conocimientos diversos y profundos  sobre vinos, abarcando desde enología y agronomía, hasta geografía vitivinícola, degustación, marketing, comercialización y, lógicamente, servicio. Hoy todos los sommeliers trabajan codo a codo con productores, bodegas, restauranters y comunicadores para expandir la cultura del vino en Argentina.

No esperamos reconocimiento, pero sí genera tristeza que se refieran a la profesión de forma ligera, y acaso más si se trata de personas que trabajan en esta misma industria, que respiran día a día por la misma pasión que lo hacemos nosotros.

Hacemos nuestro trabajo con respeto y profesionalismo. Vivimos de la comunicación del vino y la promoción de una cultura tan profunda como el consumo responsable del vino, tenemos una voz propia y sabemos lo que valemos.  

El respeto es un valor que, como seres humanos y profesionales, buscamos cultivar en todo momento. Entendiendo que todos, enólogos, bodegueros, gastronómicos y periodistas, somos responsables del crecimiento y difusión del vino en Argentina. 


Comisión Directiva,

Asociación Argentina de Sommeliers.


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