Desde que la industria vitivinícola argentina lo convirtió en su carta de presentación frente al mundo, el Malbec vivió transformaciones y evoluciones que se aceleraron aún más en los últimos años de la mano de un renovado foco en el origen y el terruño. Esto no significa que los perfiles tradicionales del Malbec hayan sido abandonados. Todo lo contrario: el abanico estilístico se amplió y la cepa ganó en riqueza y profundidad de expresiones. Hay, lisa y llanamente, para todos los gustos.
Al mismo tiempo, el Malbec no está exento en su costado comercial de los vaivenes económicos que transita no sólo la economía local sino también la global. Tomando en cuenta todos estos factores, un grupo de prestigiosos enólogos y viticultores nos ofrece sus reflexiones sobre el terreno ganado y por ganar.
Diana Fornasero (Viña Cobos)
“El Malbec es una de las variedades que más disfruto vinificar. Siempre se descubre una nueva faceta y de cada una de ellas salen vinos completamente diferentes. Esto nos mantiene siempre dinámicos, buscando la manera de perfeccionarlo, entendiendo cómo se comporta en cada terroir; cómo influye el lugar, el clima, las distintas formas de vinificación y el impacto de la madera. Pero, sobre todo, cómo el estudio de los diferentes viñedos hacen la diferencia a la hora de elaborar exponentes de calidad que hoy en día compiten en el mercado mundial. Es la variedad que abrió las puertas al mercado argentino y lo posicionó como productor de vinos de alta gama.
De esta manera, el Malbec ha ido ganando terreno, no sólo desde el lado productivo, sino también en los nuevos adeptos que van conociendo su potencial. Sin dudas, esta es la consecuencia del trabajo que se viene realizando en Argentina. Un camino que llevamos tiempo recorriendo, pero al cual le queda un gran trabajo y futuro por delante”.
Alejandro Pepa (El Esteco)
“A partir de los años 90, la industria vitivinícola en Argentina puso foco en el Malbec y sin dudas esta decisión fue un éxito total, ya que con los años pudimos ver y sentir cómo fue creciendo año tras año y conquistando no sólo diferentes mercados nacionales e internacionales sino nuevas regiones vitícolas en Argentina. Nos posicionó mundialmente, nos hizo conocidos alrededor del mundo y se convirtió en un sello argentino.
Con su color joven y violeta, sus aromas frutados y su boca deliciosa, el Malbec continúa conquistando nuestros momentos y los paladares de muchísima gente.
Es una variedad que se adapta a diferentes regiones y condiciones de terroir, dando en cada una de ellas lindas diferencias muy interesantes que lo hacen más llamativo aún.
En nuestro caso, donde cultivamos nuestros viñedos de Malbec a más de 1700 metros sobre el nivel del mar, sobre una diversidad de distintos suelos, año tras año no dejamos de sorprendernos con los grandes vinos que obtenemos.
Técnicamente, continuamos buscando lograr su máxima expresión. Hoy en día tratamos de encontrar un muy buen balance en su punto de madurez, donde la dulzura de la fruta se entrelace perfectamente con su agradable acidez natural. Buscamos vinos jóvenes, intensos aromáticamente, vibrantes en boca, con muy buena frescura, delicadeza y con sensaciones minerales, que tengan muy buen potencial de guarda gracias a esa frescura natural. Somos muy optimistas sobre su futuro y estamos seguros de que es una variedad que no tiene techo en su crecimiento. Los consumidores de diferentes puntos cardinales lo continúan eligiendo y sobre todo continúan descubriendo los numerosos paisajes argentinos y sus diferentes paletas aromáticas y las posibilidades que nuestro varietal emblemático nos regala cosecha tras cosecha”.
Juanfa Suárez (Finca Suárez)
“Creo que los avances en comprensión del terruño van a repercutir principalmente en los vinos de alta gama. La comprensión y búsqueda/encuentro de lugares interesantes hacen que la variedad pase a un segundo plano transformándose en el vehículo para expresar ese lugar especial. Y eso es lo que pasa con los grandes vinos del mundo, hablan de lugares más que de variedades. El Malbec tiene esa virtud de poder mostrar los lugares y hay que aprovecharlo.
Más allá de eso, el grueso del mercado internacional busca un Malbec frutado, jugoso y sabroso a buen precio. Hay un público más especializado, dispuesto a gastar un poco más, al que tenemos que conquistar con Malbecs que muestren lugares y que se inclinen más hacia la textura que a lo goloso, más a las hierbas y flores que a la fruta. Y en Argentina pasa lo mismo que en el mundo, pero obviamente ya hay mucha gente que entiende los distintos lugares, que busca y valora la diversidad en el Malbec”.
Daniel Pi (Bemberg Estate Wines)
“El Malbec es una variedad muy plástica que demuestra distintos caracteres dependiendo de la zona de cultivo. A futuro muy posiblemente vamos a encontrar cada vez más no sólo malbecs ‘genéricos’ por decirlo de alguna manera, o referidos a provincias o regiones amplias, sino más orientados a los terruños.
Evidentemente, para el público en general los vinos de parcela van a seguir siendo nichos de mercado. Pero sí estimo que, cada vez más, los estilos que representan a regiones van a ser las guías del futuro no sólo en Argentina con el Malbec sino con las variedades insignia de cada país.
Su performance en el mercado global es muy variable y muy dependiente de este momento de crisis, no sólo local sino de otros países que están saliendo del escenario inflacionario. Nos golpea mucho en relación al precio de cambio, sumado a incrementos enormes en los costos de la materia prima por la escasez de uva de este año. Esto nos pone un poco fuera de contexto en el mercado de vinos entry-level, porque los costos hacen inviable la exportación de vinos que se venden en góndola al extranjero por debajo de los 10 o 12 dólares.
Además, las crisis de los distintos países en relación a la inflación y la irrupción post-pandemia del mercado digital suma para un momento de incertidumbre. Esto se refleja en la caída de las ventas de vinos argentinos en el mercado de exportación. Vivimos muy lejos de los centros de consumo y el costo de los fletes también impacta en el precio final.
Es por eso que no veo gran crecimiento a futuro en los mercados tradicionales como Estados Unidos, Brasil o Reino Unido pero tal vez haya más oportunidades en los mercados no tradicionales, principalmente los asiáticos”.
Rogelio Rabino (Finca Flichman)
“Hemos avanzado mucho en los últimos 10 años en cuanto a entender la versatilidad del Malbec y en que no hay un solo Malbec sino numerosos que se comportan totalmente diferente de acuerdo a dónde está el terruño. De a poco, en el mundo, comprenden ésto también: que hay una paleta variable y divertida. Hemos avanzado muchísimo pero falta mucho todavía, tenemos que seguir explorando y aún hay regiones por descubrir.
En relación a esto, hay mercados internacionales que se mueven más rápido en relación a los cambios y otros que son más lentos. Todavía hay muchos mercados que prefieren y piden los Malbecs más tradicionales, con madurez, golosos y con paso por barrica, que son los que nos hicieron famosos en el mundo. Pero después hay otros mercados donde se ha evolucionado y se piden Malbecs más fluidos, frescos y equilibrados. No hay un solo Malbec para el mercado externo.
En contraposición, el mercado doméstico es siempre dinámico, no se puede describir un tipo de consumidor argentino. En una vinoteca encontrás un montón de tipos de Malbec y los compradores no se quedan con ninguno sino que van probando. Y nosotros tenemos que estar innovando constantemente para mantener vivo ese mercado. Es un gran desafío”