Una expresión pura, natural y equilibrada


Alpamanta nació en el 2005 de la mano de un linaje de la nobleza del vino: sus socios fundadores fueron el austríaco Andrej Razumovsky y el suizo André Hoffmann (primos y descendientes de la familia vitivinícola Sayn Wittgenstein) junto al francés Jeremie Delecourt, cuya familia es propietaria de Chateaux de la Croix de Bontar en Côtes de Provence.

El nombre de la bodega significa “amor por la tierra” y la filosofía de trabajo siempre apuntó a trabajar en armonía con la naturaleza y el medio ambiente, siguiendo los preceptos de la filosofía biodinámica. Actualmente, la enóloga Victoria Brond es quien encarna esta idea que acaba de dar a luz un vino ícono: Alpamanta Terroir Malbec. 

-¿Qué camino los llevó a lanzar ahora su Malbec ícono? 

VB: Transitamos un largo proceso de búsqueda de la identidad de Alpamanta durante los últimos cuatro años, realizando mediciones, entendiendo equilibrios y descubriendo lugares como resultado de la observación y el entendimiento absoluto. 

Así junto a Ricardo García pudimos identificar poblaciones de uva con una energía diferente, en donde decidimos respetar los equilibrios naturales. Tomamos separadamente el primer y segundo racimo de las plantas de manera experimental, obteniendo una expresión diferencial de nuestro Malbec ícono proveniente solo de primer racimo. Eso nos dio certezas y seguridades para lanzarlo al mercado. 

Recientemente obtuvo 96 puntos Descorchados, (siendo el mejor de Ugarteche) y 94 puntos Vinous. Estos resultados nos enorgullecen y nos muestran que los vinos biodinámicos pueden ser destacados como los mejores, y que cada lugar es único e irrepetible.

-¿Cómo es su proceso de elaboración y qué expresión buscan ofrecer? 

VB: Para elaborar este vino generamos un método que relaciona la medición de vigor y la caracterización de los racimos en mapas. Relacionando ambos parámetros pudimos identificar equilibrios dentro del terreno. 

Una vez que entendimos esa información fuimos a la segunda dimensión, que fue entender la diferencia entre el primer y segundo racimo de las plantas. Microvinificando estos componentes por separado pudimos hacer nuestro vino ícono, proveniente sólo del primer racimo, en donde encontramos la mejor expresión pura del lugar que representa el equilibrio natural que queríamos mostrar. 

Respetamos la variabilidad que nos da el terreno, la aceptamos, la estudiamos, la separamos y la volvemos a unir obteniendo mayor integración con los componentes por separado.

-¿De qué manera la filosofía biodinámica de la bodega se refleja en este nuevo vino?

VB: La agricultura biodinámica plantea minimizar el agregado de productos químicos tanto en la producción de uva como de vino. Esto beneficia al vino en dos sentidos. 

Por un lado, está elaborado sólo con uva como insumo, con lo cual presenta una pureza única. Y, por otro lado, no está condicionado por insumos que lo determinen y hagan que se parezca a otros vinos, como resultado de las interacciones de las levaduras o nutrientes determinados. 

Los cuatro reinos biodinámicos en el ecosistema, mineral, vegetal, animal y humano en equilibrio y sin condicionamientos, se entrelazan para que este vino sea una interpretación pura de una población de uva definida con una energía especial.

-¿A qué herramientas recurren para educar al público sobre la biodinamia? 

VB: La biodinamia es una ciencia que trabaja principalmente en el ámbito de las fuerzas. Como no se pueden ver ni tocar, necesitamos experimentarlas, con lo cual trabajamos mucho con los sentidos y las emociones. Diseñamos charlas y degustaciones diferentes en donde conectamos con el público desde otro lugar. Hacemos observaciones gueteanísticas de los vinos y actividades sensoriales circulares para conectar con la persona y el dialecto universal de las emociones, en donde todos somos iguales y todos tenemos autoridad para charlar.

-¿Qué relevancia toma la biodinamia en el marco del cambio climático y el cuidado del medio ambiente? 

VB: El cambio climático excede a la biodinamia, es un tema de urgencia mundial, no un compromiso a largo plazo de las generaciones futuras. 

Todos somos responsables en este paso por la tierra de dejar un lugar mejor que el que encontramos para las generaciones futuras. La biodinamia plantea ésto en el respeto de los equilibrios naturales, pero es una responsabilidad de todos no solo de los biodinámicos. 

Quienes practicamos la biodinámica somos privilegiados de poder tener un trabajo en el que contribuimos activamente para que el mundo sea un mejor lugar, y también de generar conciencia o sentar inquietudes. ¿Qué más es posible? Esta es la pregunta que tenemos como desafío.

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