Por Matías Prezioso
Aún están frescos los recuerdos del concurso Mejor Sommelier de las Américas 2018. Siguen brillando esas imágenes de alegría, tensión por momentos, abrazos intensos y tantos otros sentimientos que atravesaron la competencia más importante del continente.
Entre esas imágenes
tan contundentes, hay una que vimos todos, y que con el tiempo se convertirá en
una postal histórica: la prueba de servicio de Martín Bruno en la final del
certamen. Ese nivel memorable de Martín en el teatro Marie Gérin Lajoie de
Montreal nos ilustra cómo se articula el concepto de progreso. De entender ese
camino. Y lo que nos da orgullo es el camino de superación que realizó Martín y
que nosotros desde la AAS buscamos apoyar.
Las miles de horas
de estudio durante los meses previos; las largas jornadas de degustaciones a
ciegas de vinos y espirituosas; la lectura incansable de noticias de
apelaciones, cosechas y lanzamientos; tantos momentos resignando tiempo con la
familia y amigos en pro de ser mejores profesionales… y de repente llega la
excusa. Ese evento en donde puede demostrarse el conocimiento adquirido durante
años, regalar una sonrisa a la hora de atender una mesa, intentar desnudar al
vino lo máximo posible para arriesgar una región, variedad y añada.
Experiencias que quedan sin dudas grabadas fuerte en el cajón de los grandes
recuerdos.
Desde la AAS, uno
de los pilares es apoyar a las nuevas generaciones de sommeliers. Así fue como
en el último concurso Mejor Sommelier de Argentina 2017 participaron muchas
caras nuevas, y esperamos que en cada nueva edición se sumen más. A raíz de ese
concurso es que Martín Bruno y Valeria Gamper accedieron a la oportunidad de
representar al país en Canadá. Ellos son apenas un reflejo de tantos sommeliers
que día a día se capacitan para seguir comunicando el vino de la mejor forma,
sabiendo que ya no alcanza con saber catar, sino que hay que profundizar en
temas tan variados como enología, viticultura, geografía, servicio y cultura
general.
El resultado nos ha
dejado a todos orgullosos porque nuestros representantes siguen dejando alta la
bandera de la sommellerie y el vino argentinos. Martín y Valeria desplegaron un conocimiento sorprendente en las distintas
pruebas, y su nivel fue plasmado en los históricos Segundo y Cuarto puestos
respectivamente.
Al tener la suerte
de viajar junto con Valeria Mortara acompañando a nuestros sommeliers, se toma
noción de la importancia de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS) en el
plano internacional. Gracias a grandes representantes de concursos pasados – Flavia Rizutto, María Mendizábal,
Agustina De Alba y Paz Levinson, quien se alzara con el título en Chile, 2015 –,
referentes de la sommmelerie mundial como Andrés Rosberg, comunicadores que
atravesaron las fronteras como Alejandro Iglesias, puede uno notar cómo los
colegas de otros países miran con gran admiración a nuestros sommeliers. Un
hecho fundamental ya que esto no sólo impacta en nuestra profesión, sino
principalmente en el mundo del vino argentino en general.
Seguiremos
incansablemente apoyando a la sommellerie argentina, cuyos logros y crecimiento
son realmente contundentes teniendo en cuenta lo joven de la profesión en
nuestro país. Estos pequeños
grandes momentos que profesionales de la talla de Martín Bruno y Valeria Gamper
nos regalan permiten dar visibilidad a un trabajo invisible no sólo de nuestra
institución sino de cada sommelier que día a día comunica lo maravilloso del
mundo del vino.
Así volvimos todos
de Canadá, con una gran sonrisa. Y detrás de ese gesto de felicidad muchos
pensamientos hacia adelante. Uno de ellos es que las grandes actuaciones de
Martín y Valeria en este concurso continental inspiran y harán que tengamos
muchos más jóvenes sommeliers inscriptos para el Concurso Mejor Sommelier de Argentina
del año próximo.