Blancos de Chapadmalal


En Chapadmalal, a sólo 6 km del mar, surgen los vinos de Trapiche con influencia oceánica. El particular clima de la costa, la majestuosidad del Atlántico Sur, el encanto de sus campos y el espíritu visionario de Trapiche, se unen para brindar vinos diferentes.  Ejemplares que reflejan la generosidad de nuestras tierras y la frescura de nuestros mares que, combinados en perfecta sintonía, nacen para cautivar a los paladares más exigentes y buscadores de nuevas aventuras. Ezequiel Ortego es el enólogo de la bodega Costa & Pampa, este proyecto al cual se unió en 2009 dejando su Mendoza natal y trasladándose hacia estos parajes costeros.

¿Qué cepas tienen plantadas hoy en las fincas?

EO: Actualmente tenemos plantados y en producción Albariño, Chardonnay, Gewürztraminer, Pinot Noir, Pinot Blanc, Pinot Gris, Riesling y Sauvignon Blanc.

Más allá del Pinot, ¿no probaron implantar alguna otra tinta en la zona? 

EO: En el año 2009 cuando se hizo la plantación de la primera etapa del viñedo, se plantó junto al Pinot Noir, Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Merlot. 

El Malbec es una variedad muy sensible al corrimiento de racimos por lo que le costaba mucho producir, en cuanto a los cabernets, son variedades de ciclo largo y se veían afectadas por las heladas tempranas de la zona no permitiendo esto que llegaran a madurar, por lo que se injertaron con más Pinot Noir. El Merlot lo elaboramos aún de manera experimental, intentando ver si el producto obtenido coindice con lo que imaginamos para la zona. En el año 2017 plantamos cuatro hileras de Ancellota, que este año por primera vez no se han visto afectadas por heladas permitiéndonos tener producción.

El nuevo desafío que hemos tomado en cuanto a variedades tintas, fue la implantación de una hectárea de Mencía en el año 2020, la cual esperamos que pueda darnos su primera cosecha en 2024.

Hablemos de los vinos blancos: ¿cómo es el perfil de los blancos de esta zona? 

EO: El 75% de los vinos que producimos en Chapadmalal son blancos. Contamos con distintas variedades que son muy fieles a su perfil aromático, pero en las que podemos encontrar un hilo conductor en su frescura. Los blancos de Chapadmalal suelen ser vinos con una acidez por encima de la media a la que estamos acostumbrados en Argentina, muy frescos y elegantes.

¿Con qué otros vinos del mundo podrías asemejarlos? ¿Cuáles dirías que son las mayores similitudes y diferencias de las cepas blancas de Chapadmalal respecto a esas otras regiones fuera de Argentina?

EO: A la hora de hacer nuestros vinos encontramos las zonas originarias de nuestras variedades. Por ejemplo, nuestro Albariño tiene similitudes con el de Galicia, donde tenemos una nariz muy frutada y buen volumen de boca. Los Albariños españoles pueden tener un poco más de volumen en boca por su prolongada crianza sobre lías, lo que nos llevó a hacer nuestros propios ensayos sobre ese tipo de crianza y los resultados que estamos obteniendo son muy alentadores.

¿Qué diferencias encontrás hoy en las blancas respecto de las primeras cosechas?

EO: En las primeras cosechas las plantas aún estaban muy jóvenes y el equipo comenzando a entender la zona. Teníamos vinos con una acidez muy despegada en algunas ocasiones. Hoy en día hemos aprendido a domar esa acidez, logrando integrarla al vino para tener como resultado un vino más complejo y elegante.

¿Han introducido cambios en los métodos de vinificación desde que arrancaron?

EO: Si tuviera que clasificar nuestro método de elaboración en Costa & Pampa, diría que es dinámico. En todas las cosechas hacemos pequeñas variaciones en los vinos. 

Cuando empezamos la elaboración, los vinos blancos se trasegaban al finalizar la fermentación, hoy en día tenemos a casi todos nuestros vinos blancos reposando 8-10 meses sobre las lías de fermentación. Estamos trabajando con menos madera en variedades como el Pinot Noir y Chardonnay, pero en barriles más nuevos y de un tostado liviano.

¿Qué trabajos diferenciales hacen en el viñedo en esta zona costera respecto a las formas en las que trabajan las fincas en Mendoza o en Salta? 

EO: La principal diferencia es que no regamos. En nuestras fincas de Mendoza o Salta tenemos responsables de riego que se encargan que durante todo el ciclo vegetativo no falte el agua a las vides, mientras que acá no es un factor necesario.

Otra gran diferencia es la cantidad de labores culturales que debemos hacer, uno de dichos labores es el despampanado, mientras que en Mendoza esta tarea se hace una o dos veces durante el ciclo vegetativo, en Chapadmalal, debido a la gran disponibilidad de nutrientes y agua que suele haber, podemos llegar a realizar esta tarea 4 o 5 veces.

¿Cómo resultó la cosecha este año en líneas generales y qué esperan de ella en cuanto al perfil de sus vinos?

EO: La cosecha 2022 fue una cosecha desafiante en la provincia de Buenos Aires. El final del invierno del 2021 se presentó más cálido que años anteriores lo que adelantó la brotación unos diez días. Este adelanto de la brotación fue contraproducente, ya que en nuestra zona sufrimos muchas heladas tardías. El 28 de septiembre tuvimos una helada muy fuerte (con temperaturas de -4°C), que nos produjo una merma grande en la producción. Como resultado de la menor carga de uva en las plantas logramos tener vinos con una mayor intensidad aromática y una graduación alcohólica un poco más elevada que la media histórica de Chapadmalal (nuestra media histórica son 12,2° de alcohol y este año nos colocaremos alrededor de 12,8°). El verano, que se caracterizó por ser muy fresco, nos permitió tener una muy buena acidez en los vinos, por lo que la frescura característica de nuestro terroir se mantuvo intacta a pesar del pequeño aumento en el grado alcohólico.

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