Tierra de Malbec


La Bodega se ubica a 950msnm y cuenta con fincas en una de las regiones vitivinícolas más altas y frescas de Luján de Cuyo, condición que logra por su cercanía con el río Mendoza. El clima desértico y seco, con veranos cálidos e inviernos muy fríos y la tipografía de sus suelos que se caracterizan por ser aluviales y escasos en materia orgánica, franco-arcillosos en la superficie con abundante presencia de canto rodado y rocas a partir de los veinte centímetros de profundidad, hacen de Perdriel un terroir ideal para el cultivo del Malbec.

El enólogo de esta bodega boutique es Leandro Funes, egresado de la Facultad de Enología e Industrias Frutihortícolas Don Bosco.

¿Por qué dirías que los Malbec de A16 son distintos? ¿Cómo logran diferenciarse en el mercado interno de los Malbecs de otras zonas?

LF: Nuestro Malbec, además de estar en una zona geográfica privilegiada, es elaborado mediante una enología muy respetuosa de sus bondades. Elaboramos un amplio abanico de estilos de Malbec: Malbec jóvenes, Malbec Reserva y Gran Reserva, dos Malbec Rosé secos, Malbec Rosé dulce natural y nuevos proyectos como Malbec orgánico, Malbec tipo oporto, Malbec para vino en lata, Malbec fermentado y criado en huevos de cemento. Ninguno es parecido entre sí. Es una variedad tan versátil, que las posibilidades son muchísimas. Cada año vamos descubriendo nuevas versiones y las explotamos al máximo para obtener la mejor calidad en el estilo buscado. Creo que ese amplio abanico de elaboración nos diferencia del resto.

¿Cuál es la tendencia que buscás marcar en los vinos y de qué se trata este concepto que manejan de “vinos desalcoholizados”?

LF: Buscamos resaltar lo natural de nuestros vinos. Año tras año vamos logrando una mejor expresión del terroir y eso se debe a una enología muy pulcra y con muy poca intervención desde los productos externos a la propia uva.  

Los vinos desalcoholizados pretenden ser una variante más a lo que hoy se ofrece, pero con la idea de bajar su graduación alcohólica obteniendo productos más bebibles y menos perjudiciales a nivel del sistema nervioso central sin perder las cualidades del propio vino.

En la bodega tienen una marcada tendencia hacia lo orgánico ¿tienen pensando certificar en los próximos años? ¿Qué técnicas ya han incorporado en la bodega?

LF: Estamos en el camino hacia lo orgánico y lo sustentable. Tenemos un parque solar que nos provee parte de la energía eléctrica que consumimos en bodega. Una enología natural. Todos nuestros vinos también son certificados Vegan Frienly. También hemos establecido una correcta gestión de residuos secos y húmedos para lograr una buena reutilización de los mismos.

Finalmente, en cuanto a la vitivinicultura, tenemos certificación For Life en finca y bodega, y estamos trabajando en poder certificar Buenas Prácticas de Manufactura en bodega. En finca, además, llevamos dos años minimizando el uso de plaguicidas, estamos creciendo en los cuarteles de manejo orgánico y esperamos en el corto plazo poder certificar el total de nuestras uvas como orgánicas. Además contamos con una huerta con manejo orgánico que nos provee todo lo necesario para abastecer nuestro sector gastronómico.


Un poco de historia. 

 “La vitivinicultura es un legado familiar. Nuestro vínculo se inicia con la construcción de bodegas que fueron emblemáticas en Mendoza como Titarelli y Gargantini para luego ser viticultores y productores de vino”, cuenta Gerardo Cartellone.

“En la época de oro de la vitivinicultura, la familia manejó más de 3.000 hectáreas propias y se construyó una de las principales bodegas de la época con más de 150 millones de litros de capacidad. Luego con la transformación hacia la viticultura de calidad emprendí proyectos más boutique en los mejores terroirs de Mendoza como Telteca (hoy Finca Agostino) en Barrancas y Antucura en Vista Flores. Finalmente decidí en 2007 fundar A16 en Luján de Cuyo en la antigua Finca La Perla de Perdriel cuyo nombre proviene de las magníficas condiciones en cuanto a suelo y clima para la plantación de uvas tintas como el Malbec, el Cabernet Sauvignon, el Petit Verdot y el Cabernet Franc. La finca tiene 140 hectáreas y una bodega boutique de 220 mil litros. La ubicación es estratégica por su cercanía a la ciudad y el corredor internacional hacia Chile y la Ruta 40 lo que beneficia la llegada de turistas amantes del vino a quienes ofrecemos restaurant y foodtruck, jardines con esculturas del artista mendocino Ceverino y varias hectáreas de bosques que con cientos de árboles frutales (incluyendo alcornoques), un parque trufero y olivos de los que obtenemos un exquisito aceite de oliva”, explica Gerardo.

Estamos terminando este complicado 2020, ¿cuáles son los deseos que les gustaría se cumplan dentro de A16 en el 2021, qué proyectos tienen en mente?

“Pese al difícil año 2020 logramos crecer tanto en el mercado local como en exportaciones y sumar nuevos mercados en Latinoamérica como Perú, Brasil y Ecuador. En el 2021 esperamos una recuperación de la economía mundial y del consumo de vinos en particular en el segmento HORECA y tiendas especializadas en vino que son nuestros principales canales de comercialización a nivel nacional y mundial. Por otro lado estamos por lanzar vinos ultra premium algunos criados en fudres austríacos y otros fermentados y criados en huevos de cemento y el lanzamiento de algunos envases no tradicionales como Bag In Box y vinos en lata pero a diferencia de lo que ofrece el mercado de vinos dulces y frizantes estamos pensando en vinos frutados fáciles de beber pero secos” (Gerardo Cartellone). 

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