El sueño de tres generaciones


A mitad de camino entre Trevelin y la localidad vecina de Chile, Futaleufú, sobre la Ruta Nacional 259 una familia de origen italiano adquirió una chacra en el 2010 y a partir de allí no se detuvieron. El interés por la actividad vitivinícola que ya estaba en la familia sumado a las condiciones geográficas del terreno hicieron posible el desarrollo de un viñedo.

Emmanuel, integrante de la familia, encargado de la parte agronómica del viñedo y de su cuidado, se sumó al emprendimiento familiar y es quien ha tomado las riendas en ese sentido.




¿Cómo fue que decidiste ir desde Mar del Plata hasta Trevelin, qué te entusiasmó de este proyecto junto a la familia?

EG: Trevelin lo conocí junto a mi familia hace más de 20 años y desde el primer día que llegamos  todos quedamos maravillados y desde ese momento todas nuestras acciones como familia han estado orientadas a poder venir a vivirnos a esta localidad, sueño que pudimos concretar allá en el año 2009. Lo que más me entusiasmó del proyecto fue el desafío de emprender algo así en familia....como dice mi padre, ¡la primer cosecha la hemos tenido el primer día que hemos estado tres generaciones juntas compartiendo el trabajo diario! y eso gracias a Dios se sigue manteniendo.

¿Cómo están distribuidas en cantidad de hectáreas plantadas hoy las variedades que tienen y cuál fue la primera?

EG: Hoy en día tenemos casi tres de las cuatro hectáreas de la chacra plantadas con vides (unas casi 14.000 plantas en total) de las cuales más de la mitad pertenecen a nuestra cepa insignia como es el Pinot Noir y el resto se divide entre nuestros tres varietales blancos como son el Gewürztraminer, Riesling y Sauvignon Blanc. Dependiendo el año estamos en una producción que va de las 9.000 a 12.000 botellas. El Pinot Noir ha sido nuestro primer varietal plantado y es la cepa que más nos distingue y representa. A partir de esta cepa hacemos Pinot tinto joven, Pinot Rosé, Pinot Blanc y Pinot reserva en roble francés. También el año pasado hemos hecho una prueba de espumante de Pinot Noir para ver el potencial que tenemos y la verdad que superó todas las expectativas.

¿Tienen pensado sumar otras cepas características de climas fríos en la producción actual?

EG: Siempre uno quiere experimentar cosas nuevas...¡es parte del ADN de un emprendedor! SI fuera por nosotros experimentaríamos con todas las cepas de clima frío y en parte no digo que lo hacemos con todas pero sí con varias, y a poca escala, más que nada para ver cómo se expresan. Hacemos pequeñas pruebas de muy pocas plantas para ver el potencial que tenemos en cada una de ellas. Esto el día de mañana nos va a permitir que si agrandamos nuestra plantación podamos tomar la mejor decisión en cuanto a la posible incorporación de un nuevo varietal.

Trevelin, hoy declarada ya una IG, cuenta con particularidades climáticas bien marcadas. ¿Cómo la bodega se adaptó para evitar lo adverso de ese clima? ¿Qué tipo de acciones desarrollan en la viña que les permite a su vez aprovechar al máximo el clima de Trevelin?

EG: Viñas del Nant y Fall ha sido allá por el año 2010 la primera en plantar vides en el Valle de Trevelin y realizó en el año 2016 su primer vendimia, eso marcó un antes y un después en la historia productiva del Valle de Trevelin. Hoy por suerte somos tres las bodegas que estamos produciendo vinos y otros tantos viñedos que están produciendo uvas en nuestro Valle. ¿Qué quiero decir con esta pequeña recopilación?, que mucho antes de adaptarnos a un clima o a un suelo o a un método productivo, hemos tenido que descubrir ese clima, ese suelo y ese método productivo y a partir de ese descubrimiento ver cuáles eran las mejores acciones para que todo esto prospere.

El mayor desafío con el que nos hemos encontrado es el tener que convivir con las heladas. Nuestro ciclo productivo, nuestro ciclo de actividad de la planta está acompañado de heladas. Nosotros hasta en pleno enero podemos tener temperaturas de cero grado o menos y eso es un desafío que tenemos que superar ya que si no protegemos a las plantas de esa situación las mismas se quemarían y perderíamos la cosecha de ese año.

El método que aplicamos para proteger a nuestras plantas de las heladas se llama por micro aspersión y está basado en la utilización del agua. Cuando la temperatura externa baja a 1 grado sobre cero (o sea un grado antes de que comience a helar), el sistema se pone en marcha. Se prende una bomba que toma agua del arroyo Nant y Fall y pone en funcionamiento una serie de aspersores que trabajan en altura y que envuelven a todo el viñedo con agua en estado líquido. Cuando esa temperatura inicial de 1 grado sobre cero baja a 0 grado, esa agua que envolvía a cada plantita en estado líquido se solidifica y cada planta pasa a estar íntegra y literalmente cubierta por una capa milimétrica de hielo. Ese hielo que a simple vista te asusta, se forma y se mantiene a cero grados. Estando a cero grados, agronómicamente nuestra planta resiste esa temperatura y, lejos ese hielo de afectar a nuestra plantita, comienza a actuar como barrera térmica del aire frío exterior que es menor a cero grados y que sí afectaría a nuestra planta. Sería lo mismo que sucede entre un iglú y un esquimal.

Ahora si bien todo lo anterior significa un gran desafío desde lo productivo, desde el producto final es un gran beneficio, ya que es el mismo frío el que se encarga de elevar los parámetros organolépticos (aroma, sabor y color) de nuestros vinos. Por eso siempre decimos que el frío tiene para nosotros una doble cara: una cara de mucho sacrificio en el viñedo y una cara de mucha satisfacción en la bodega.

Hoy la IG de Trevelin viene a avalar algo que experimentamos desde el primer día y que hoy cuenta con el respaldo legal del INV. El suelo y el clima particular de Trevelin hacen que las cepas se expresen con la tipicidad propia de cada una de ellas pero, también, hace que encuentren en esta nueva zona extrema del planeta una nueva forma de expresión, y, todo esto a su vez hace que los vinos de Trevelin despierten el interés de tantas personas apasionadas por esta bebida en el mundo.

Si algo caracteriza a los vinos de este "nuevo terroir” es su baja graduación alcohólica y su alta acidez natural. Son vinos para disfrutar al tomarlos, son vinos que están despojados de una comida o de un horario, acá el vino no es un “complemento de”, es un producto por sí mismo, es ¡el protagonista!




¿Cuáles son las características de los suelos de la IG que hoy están en sus vinos y cómo se manifiestan?

EG: Los suelos de Trevelin son muy variados, pero si hay dos cosas que los caracterizan son la mineralidad y la cantidad de materia de origen volcánico que contienen. Por ejemplo en Viñas del Nant y Fall tenemos cuatro suelos bien diferentes que hacen que la uva también se exprese en forma distinta. Estos tipos de suelos, en donde muchas veces a la planta le cuesta desarrollar, hacen que obtengamos vinos muy aromáticos y de una gran expresión. Cuando la planta de vid se siente amenazada producto del clima o de las condiciones del suelo, de ella sale lo mejor ya que genéticamente trata de dejar la mejor descendencia y su descendencia es la fruta, por eso es que se da esa  ecuación condiciones extremas/vinos de alta calidad

¿Cómo se compone la familia de vinos de Viñas del Nant y Fall?

EG: La familia de los vinos Nant y Fall parte de las cuatro cepas que tenemos plantadas: una tinta como es el Pinot Noir y tres blancas como son el Gewürztraminer, el Riesling y a futuro el Sauvignon Blanc. A partir del Pinot Noir y aplicando diferentes procedimientos, hacemos Blanc de Noir, Rosé de Noir, Pinot Noir tradicional y un Pinot Reserva en Roble Francés. Lo interesante de estos vinos es que todos tienen los mismos descriptores pero el modo que se expresan en uno o en otro es totalmente diferente. Esos descriptores, si fueran fruta por ejemplo en los blancos, se van a expresar como una fruta verde, aún no madura; en el rosado se van a expresar como una fruta justa para ser cosechada y en el tinto se va a expresar como una fruta muy madura, como una fruta que nos hace acordar más a una compota que otra cosa. El Riesling es la típica cepa alemana, el Riesling es en Alemania lo que el Malbec es para la Argentina. Se caracteriza por su alta acidez natural y eso hace que inmediatamente luego de que el vino pasa por el paladar te dan ganas de seguir tomando. Tiene como característica el hecho de que enjuaga todo lo que pasa por el paladar. El Gewürztraminer es todo un capítulo aparte en el mundo de los vinos de Nant y Fall. Más allá de llamar a todos la atención desde el nombre, lo cual inevitablemente despierta muchísima curiosidad, para nosotros es un vino que "enamora". Su aroma frutal que invade todo hace que  nadie pueda resistirse.

¿Qué tienen pensado para el futuro? ¿Habrá novedades en el 2021?

EG: Para nosotros el futuro es cada día, siempre hay que pensar en el día después, hay que estar un paso adelante. A mediano plazo tenemos idea de agrandar la plantación fuera del predio de Viñas del Nant y Fall, con el objetivo de aumentar la producción y comenzar a hacer nuevos cortes o producir la misma uva en otros perfiles de suelos pero siempre dentro de nuestra región. Tenemos como meta año a año el generar novedades. Hay mucha gente que nos sigue y gracias a Dios toma a Viñas como un emprendimiento propio y eso hace que a esa gente tengamos año a año que sorprenderla con novedades ya sea acerca de nuestros vinos o de nuestro emprendimiento en general. El año 2021, va a marcar un nuevo hito en la historia de Nant y Fall porque vamos a inaugurar el nuevo edificio para nuestra bodega con un amplio lugar de almacenamiento y de guarda. Si bien Trevelin ya tiene varias pequeñas bodegas entre las que nos incluimos, ésta va a ser la primera en dimensiones, y, cuando la ves, ¡no que cabe dudas de que es una bodega!. Será un nuevo capítulo en la historia productiva y de la actividad vitivinícola en nuestro Valle.

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