El primer espumante rosado


Pasaron casi dos décadas desde que Aurelio Montes, fundador de Viña Montes, cruzó la cordillera desde Chile para enamorarse de Mendoza y crear Kaiken. Hoy la provincia y todos sus proyectos muestran algo muy distinto a ese entonces. Y si bien el sello que hizo brillar las cavas del mundo se llamó Malbec, es muy sabido que actualmente, por estas latitudes, se producen estilos muy variados y de excelente calidad. 

El “rosado”, color que ha sabido ocupar el centro de la escena, también ha dicho “aquí estoy” en el vino. Y es Rogelio Rabino, enólogo de la bodega, quien ha dado a luz al primer Kaiken Brut Rosé con la intención de seguir abriendo puertas y paladares. Un espumoso rosado, de estilo champenoise, que quiere equilibrar la elegancia y la frescura del Pinot Noir y el Chardonnay.

“Con la elaboración de esta nueva etiqueta estamos respondiendo a la fuerte demanda que existe en el mercado por los vinos rosados, sobre todo de los espumantes rosados. Es por esto que hemos decidido crearlo con un 90% de Pinot Noir y un 10% de Chardonnay, ya que este assemblage permite lograr un mayor contacto del vino con las pieles y, en consecuencia, que se produzca ese atractivo color salmón. Finalmente, decidimos darle un dosage de Brut porque ese contenido de azúcar nos entrega un excelente balance entre frescura y elegancia. A pocos días de lanzarlo estamos muy contentos con los resultados”. Expresó Rogelio Rabino.

Las uvas provienen del Valle de Uco en Mendoza, de los viñedos de Gualtallary y Tupungato, a 1400 mts sobre el nivel del mar. Con aromas a frutos rojos y notas de pan tostado, se destacan las burbujas finas en el paladar y un final de boca fresco y sedoso. Es ideal como aperitivo o acompañando carnes blancas o mariscos. Se recomienda una temperatura de servicio entre 6 y 9° C.

Precio sugerido en vinotecas: $740

Así como el Caiquén cruza habitualmente la Cordillera de los Andes, derribando en su vuelo las distancias que separa, la Bodega Kaiken elabora vinos inspirados en su amplitud y en la naturaleza que le hace de espejo.  Vinos que derriban fronteras y desafían lo establecido. Inaugurando los calores y la temporada del sol, Kaiken invita a abrir las alas, dejarse llevar por el viaje y disfrutar los sabores y aromas, que se sumergen en el momento vivido.


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