Editorial
Nuestra historia nos da orgullo y
nos propone un compromiso
Por un
par de horas, el último día de febrero del 2018, la AAS tuvo toda su historia
(o una inmensa parte de ella) en estado puro. Al ver tantos sommeliers
argentinos de todas las generaciones reunidos para celebrar el lanzamiento de nuestra
nueva imagen, sentí un gran orgullo por ser parte de esta profesión en general
y de esta institución en particular. Ese orgullo es alegría y es también el
mejor combustible para redoblar el compromiso de trabajo y progreso con la AAS.
Cuando charlaba en el escenario del Gorriti Art Center con los ex presidentes de la AAS Marina Beltrame y Andrés Rosberg todos tuvimos esa reflexión interna sobre lo mucho que habíamos logrado en 17 años. Marina recordaba cómo esta aventura había arrancado allá por inicios de la década pasada. “No teníamos mucha noción hacia dónde íbamos, sí teníamos sueños y ganas de trabajar por esta profesión”, agregaba. La imagen de estas reflexiones de los ex presidentes se completaba con un centenar de socios escuchando, muchos de ellos parte de las nuevas camadas. O sea, la larga o corta historia de nuestra AAS en estado puro.
Tomar
contacto, aunque sea por unas horas, con nuestras raíces redobla el sentido del
compromiso de seguir trabajando fuerte. A continuar en esta apuesta clara y
concreta a las nuevas generaciones de sommeliers, a seguir generando
condiciones de estudio y mejora de conocimiento para los socios, a sostener a
nuestros mejores competidores y apoyarlos en sus incursiones internacionales, a
seguir promoviendo la profesión en todas las provincias de Argentina.
Ese
compromiso se extiende a las bodegas, empresas e instituciones que siempre han
apoyado a la AAS y a muchos otros que van comprendiendo el sostenido
crecimiento de la profesión y su influencia en el universo del consumo de vino
y las bebidas.
Así es que
el 28 de febrero nos permitió reflexionar sobre estos procesos que
llevaron a la AAS a ser lo que hoy es: una entidad que ha ido adaptando su progreso al paso del tiempo, tal y como lo refleja esa
nueva imagen con un logo.
Porque queremos que la AAS siga recorriendo
un camino que la siga posicionando como lo que es: la representante del
sommelier argentino y una herramienta clave en la comunicación del vino. ¡Sigan
acompañándonos en este recorrido, hay mucho más por hacer y descubrir!
La mente que se abre a una nueva idea,
jamás volverá a su tamaño original.