Tradición y vanguardia


Lucas Ballester, actual director, cuenta que esta bodega construida en la década del 50 fue adquirida en 2010 por la familia Ballester con el propósito de plasmar en vinos de alta gama sus viñedos de Altamira y Las Pintadas. “La Bodega cuenta con piletas de fermentación de distintas capacidades, tanques de acero de última generación y huevos de concreto para la elaboración de micro vinificaciones de single vineyards, como así también de vinos en mayor volumen. Dentro de los viejos piletones de la antigua estructura, se construyeron salas de barricas subterráneas, generando así un clima ideal para la crianza de vinos”.

¿Cuáles son las características de Finca Altamira y Las Pintadas que podemos ver en los vinos? 

LB: En cuanto a la Finca en Altamira, vamos a encontrar grandes bloques calcáreos, suelos pedregosos de origen aluvional (dada su proximidad a la bajada del río Tunuyán), sumado a una buena amplitud térmica. Los días calurosos y noches frescas, dan origen a vinos sumamente expresivos en fruta y de textura muy particular. Es una finca ubicada a 1150 msnm y con más de 77 hectáreas de superficie, plantada a partir del año 2008, reemplazando viejos cultivos de duraznos y manzanos por plantaciones de vides de Malbec, Petit Verdot, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Pinot Noir. La presencia de rocas que sobrepasan en algunos casos los 2 m. de diámetro con una intensa cobertura de carbonato de calcio, permite que los suelos de la finca tengan expresiones muy diversas. Cada parcela, desarrolla características propias que permiten realizar microvinificaciones de suelos individuales y la obtención de aromas, sabores y texturas propias de cada microterruño.

En el caso de Las Pintadas, encontramos un suelo rodeado por arroyos que sumado a una altitud aproximada de 950 mts. hacen que se exprese completamente distinto. Así, tenemos por ejemplo un Cabernet Sauvignon de frutas más maduras y acidez más marcada o un Ancelotta de gran color y estructura, completamente diferente a lo que intentamos expresar con nuestros viñedos de Altamira. Se trata de una finca localizada en el Departamento de Tunuyán que posee una superficie de  52 ha. Allí cosechamos Malbec, Cabernet Sauvignon y Chardonnay, dándole este terruño un comportamiento especial a los mismos. Pero es la arena y su joven origen eólico lo que les da la identidad final a nuestros vinos. El clima es templado, con inviernos rigurosos y veranos cálidos de noches frescas. La amplitud térmica se comporta en torno a los 15°. Son suelos predominantemente arenosos y franco arenosos donde abundan también los perfiles calcáreos, de carbonato de calcio generalmente, llamados comúnmente caliches. El clima es riguroso. Si bien es bien frío (la mayoría del año), sus condiciones se han revelado excelentes para la elaboración de vinos con perfiles aromáticos bien expresivos y con características y personalidad propias. 

¿Cómo está compuesta la familia de vinos?

LB: Las diferentes líneas de Ginard Ballester resaltan las expresiones más genuinas de cada uva y de su adaptación al suelo de Altamira. Reflejan la complejidad y mineralidad del suelo y al mismo tiempo resultan ser vinos de gran amabilidad. Por un lado tenemos Los Abrojos, una línea de vinos jóvenes, con breve paso por madera, sumamente expresivos y frutales, donde también está presente el componente mineral dada la composición del suelo que le dio origen. (Malbec, Suelo Unico, Espumante Charmat y Pedro Ximenez – Chardonnay). Después tenemos Ginard Ballester Gran Reserva Malbec, son vinos con un paso de 12 meses por barrica nueva de roble francés y americano, también oriundo de Altamira, pero de tres parcelas seleccionadas de Malbec. Un vino de cierta complejidad, de buena estructura y acidez, con notas a vainilla muy agradables en nariz. Antonia Ginard es la línea que se presenta como el vino más “salvaje de la bodega” tanto en Petit Verdot como en Cabernet Franc, Malbec de Parcela, Pinot Noir y Naranjo, en nariz es sumamente envolvente, en sus cinco varietales es sumamente expresivo, su filtrado es más suave que el resto de las líneas. Luego está HACHE Ballester, que es el vino Icono de la Bodega, es un tetravarietal conformado por una cofermentación de Petit Verdot, Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon, con corte de Malbec con una crianza de 14 meses en Barrica americana, con 24 meses de guarda en botella, nos da un vino de personalidad muy marcada y recordable. Identidad propia. 

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