135 vendimias

Los inicios de la bodega están ligados a Don Miguel Escorihuela Gascón, un aragonés que llegó a Argentina hacia 1880 con 19 años y que a pesar de su corta edad, cuatro años más tarde compró unas tierras en Mendoza, plantó los viñedos y fundó una bodega. Todos los que hablan de este personaje se refieren a él como una persona audaz y visionaria.

Y es que más allá de haber fundado una bodega hoy centenaria, parece haber demostrado siempre un compromiso fuerte con el tema público. En la ciudad de Mendoza hay varios espacios que llevan su marca, como el Pasaje San Martín, una obra arquitectónica de avanzada para la época que se inauguró en 1926. Se dice que con sus nueve pisos escandalizó a los mendocinos, ya que fue construida en una zona de muchos movimientos sísmicos, y que, para convencer a la gente que se mudara allí, se regalaban los tres primeros meses de alquiler como una forma de atraer inquilinos. Un temblor en 1927 destruyó varias edificaciones en la ciudad pero el edificio estaba intacto. Años después, Don Miguel cedió los terrenos para la construcción del Hospital Español, inaugurado en 1939.

Son muchas más las anécdotas de este visionario, y es justamente ese mismo espíritu el que trasladado al funcionamiento de la bodega hizo de ella en sus comienzos parte de lo que hoy conocemos. Desde un principio el objetivo fue lograr vinos de máxima calidad y, por eso, siempre se tuvo muy en cuenta la elección y cuidado de los cepajes, la elaboración bajo métodos artesanales y la permanente incorporación de tecnología, con un equipo de calificados profesionales argentinos y el asesoramiento de reconocidos enólogos y técnicos extranjeros, que permiten mantener un alto nivel de calidad internacional. Así, fue desarrollándose a través del tiempo, y hoy, con más de 130 años innovando en la elaboración de vinos de máxima calidad, Escorihuela Gascón crea vinos Premium y de Alta Gama, el sueño de Don Miguel hecho realidad.

“Creo que la línea Escorihuela Gascón demuestra muy bien cómo un clásico puede mantenerse en vigencia a lo largo de muchos años enamorando cada vez más a sus consumidores” (Matías Ciciani, enólogo).

En 1992, un grupo de inversores adquirieron sus intereses mayoritarios. Siguiendo la tradición del aventurero y ferviente fundador. Hoy en la bodega sus vinos son elaborados con uvas obtenidas en Agrelo y El Cepillo. La Finca de Agrelo, en Luján de Cuyo, está destinada para las etiquetas de alta gama, mientras que la Finca de El Cepillo, en el Valle de Uco, cuenta con un viñedo orgánico y biodinámico certificado por Letis y Demeter.

El logro más reciente de la bodega lo alcanzaron con MEG 2017, que fue considerado el mejor blend de Sudamérica entre grandes nombres de la viticultura sudamericana, por la reconocida revista inglesa Decanter, la cual le otorgó un puntaje de “96 puntos outstanding”, el valor más alto de toda la cata. Este vino cuenta con el sello de su enólogo, Matías Ciciani, y sus uvas provienen del Valle de Uco, Mendoza. Un blend 60% malbec de la finca en Cordón El Cepillo y 40% cabernet sauvignon de San José de Tupungato. De la cosecha 2017 se produjeron 8.000 botellas. Se trata de uno de los vinos ícono de la bodega, elaborado a través de un proceso de cosecha manual con selección de racimos y bayas. Durante un período de 25 días se fermenta con levaduras silvestres y se macera en tanques pequeños a 23–25 °C. Antes de ser embotellado, reposa 16 meses en barricas de roble francés y americano.

“Este reconocimiento es un gran incentivo para nosotros como bodega y para el vino argentino. Demostrar que tradición y calidad van de la mano, y ser elegidos como el mejor blend de Sudamérica entre cientos de bodegas” (Matías Ciciani, enólogo)

En los últimos años, son muchos los productores que han logrado cautivar a los amantes del vino. La centenaria bodega con su dedicación y búsqueda constante de calidad y experimentación, y promoviendo el rol del vino como parte integral de la cultura argentina, se ha posicionado fuertemente dentro de la historia del vino en nuestro país.