Es Licenciada en Ciencias de la Educación y la vida la descubrió detrás de una barra casi por casualidad y necesidad. Sus inicios se dieron en Blacksheep, un bar cordobés, y a partir de allí nunca más dejó de estar cerca de las barras. Fue elegida como una de las embajadoras de la marca durante este 2018 y junto a otros cinco colegas de otras partes del mundo, formó parte de Red Diaries, una iniciativa que abarca cócteles de autor, presencia en bares emblemáticos, charlas y una participación especial en el corto cinematográfico The Legend of Red Hand.
¿Cómo fue que llegaste a convertirte en la embajadora de Campari en Argentina?
PY: Hace algunos años estoy vinculada a la marca: la primera acción grande en que participé fue Cuentos del Conde (2014). Fue un homenaje al Conde Camilo Negroni, creador del clásico Negroni (partes iguales de Campari, gin y vermut rosso) que consistió en convocar a bartenders de distintas localidades del país para que hagan sus reversiones. Eso concluyó en un libro y una serie de cócteles. Luego fui capitana de equipo de MAPA Verano, un jugo en el que aficionados creaban sus recetas.
El Grupo Campari se fundó en 1860 y hoy es uno de los líderes mundiales en la industria de bebidas espirituosas. ¿Cómo es el trabajo diario de la embajadora de la marca? ¿Por qué su rol es tan importante?
PY: Sigo viviendo en Córdoba y en general mis actividades son capacitaciones a colegas y gastronómicos y trabajo en otras barras como invitada. Viajo mucho por el interior del país porque la marca está muy vinculada a los bartenders, de hecho viene trabajando con nosotros hace algunos años, haciendo especial hincapié en la cuestión federal.
El
pasado mes de noviembre la AAS tuvo el privilegio de tenerte como
oradora en una degustación para sus socios tanto de Buenos Aires
como de Córdoba, una actividad que para los sommeliers fue más que
enriquecedora. ¿Cómo
entendés el lazo que existe entre el vino y la coctelería? ¿Y cuán
importante es el rol del sommelier en la cultura del vermut?
PY: Entiendo que bartenders y sommeliers debiéramos interactuar más para construir conocimientos en conjunto, sería muy enriquecedor.
En relación específicamente
a coctelería con vino: lo más popular ha sido el uso de espumosos y
vinos blancos. El vino tinto tiene una complejidad que lo hace más
difícil de mezclar, de hecho, la mayoría de los vermuts están
hechos en base a vino blanco.
Cuando
presentaste tu cóctel Tónica Italiana explicabas que quisiste
incorporar dos toques que trajiste de tus viajes: el café de
Colombia y el hibiscus de México. Definitivamente estos dos
agregados propios tuyos realzan el concepto de identidad de un lugar,
y casi por analogía no puedo dejar de evocar lo que el terroir
significa hoy para el vino. ¿La
variedad de uva, el terroir, o el envejecimiento pueden dar notas
diferenciadas en un trago? ¿Puede ser la elaboración de cócteles
con vino un camino que ayude de alguna manera a que el consumo del
vino se desmitifique un poco y se aleje de ese concepto elitista del
cual en los últimos años la industria está tratando de separarse?
PY: Puede funcionar, especialmente en consumidores jóvenes. De hecho, puede ser un camino para que los vinos espumosos tengan más consumo durante todo el año y no solamente durante las fiestas.
Fin de año y las fiestas son siempre motivo para celebrar, con la familia o con amigos. ¿Te animás a decirnos con qué vinos argentinos Campari se llevaría bien este fin de año y cómo podríamos maridar esos tragos?
PY: Un par de recetas de cócteles que armé para estas fiestas pueden ser el SGROPPINO ROSSO, que lleva Campari, helado de naranja y espumante. Es una reversión del Sgroppino, acá usualmente llamado “Lemonchamp”, que es típico de Venecia. El original tiene helado de limón, prosecco y a veces también lemonchelo.
Receta:
22,5ml Campari frío
60ml espumante
1 bochita de helado de naranja al agua
Método: directo
Vajilla: copa
Hielo: no lleva
Garnish: ralladura de lima
Procedimiento:
En una copa fría poner varias bochitas de helado de naranja, el Campari frío y completar con espumante. Decorar con ralladura de lima.
Otra sugerencia puede ser el BELLINI SBAGLIATO, que lleva Campari, damascos frescos, licor de avellanas, vino blanco. Este es un Bellini “errado”. El original también es un clásico italiano, que lleva puré de duraznos blancos y prosecco.
Receta:
30ml Campari
Damasco fresco
10ml Licor de avellanas
70ml Vino blanco
Dash de almíbar simple
Método: licuado
Vajilla: highball
Garnish: avellanas y láminas de damasco
Procedimiento:
Licuar todos los ingredientes con hielo roto. Servir en un vaso highball. Decorar con avellanas y láminas de damasco.
Y el tercero es el TOUR DE FRANCE, con Campari, aguardiente de peras, chenin blanc. El cóctel original se llama Bicicletta y mezcla solamente Campari y vino blanco seco.
Receta:
22,5ml Campari
10ml Christallino
Chenin blanc para completar
Método: directo
Vajilla: collins
Hielo: entero
Garnish: lámina de pera